lunes, 3 de junio de 2013

Mi dulce y frío youkai - Capítulo 2 "Mi deseo de cumpleaños"

Capítulo 2
Mi deseo de cumpleaños

Faltaban dos días para que Rin adquiera la mayoría de edad. Las dos sacerdotisas de la aldea estaban quizá más emocionada que la propia cumpleañera; ella sólo tenía un motivo por el cual seria feliz: que su Sesshomaru-sama volviera por ella. Nunca se había quejado de su vida en la aldea, simplemente, le aprecia poco emocionante. No tenia de qué quejarse, las personas de la aldea siempre la habían tratado muy bien y la anciana Kaede, casi la acogió como si fuera su nieta y le enseñó muchas cosas que en otras circunstancias, le serian útil. Rin sentía que a pesar de todo su esfuerzo, no terminaba de encajar en aquel lugar.

-¡Rin-chan!- gritó Kohaku que se acercaba corriendo a la muchacha.

-¡Kohaku-kun! ¡Volviste!- lo recibió emocionada.

-Por supuesto, faltando tan poco tiempo para tu fiesta de cumpleaños no iba a demorarme en una misión larga.

-Ah- dijo sin entusiasmo

-¿Qué pasa? ¿Acaso dije algo que te molestó?

-No, no es nada- sonrió- son cosas mías, no me prestes atención.

-Sí tú lo dices…



Mientras tanto, en casa de la anciana Kaede, ésta mantenía una larga charla con Kagome.

-Ahora que Rin cumplirá los dieciocho años, lo mejor seria que ella decida que hacer de ahora en más, ya que adquirirá la mayoría de edad…

-¿A que se refiere, anciana Kaede?- preguntó, quizá conociendo la respuesta desde antes.

-Me refiero a que Rin decida si seguirá viviendo con nosotros o preferirá irse con Sesshomaru. Tú sabes que ella vivió mucho tiempo con Sesshomaru y también sabes, que ella casi fue obligada a quedarse aquí, por lo que seria natural que, cumpliendo la mayoría de edad fuera ella la que decidiera qué es lo que quiere hacer ¿no lo crees?

-Sí, supongo- respondió dubitativa. En parte, Kagome no quería que Rin se marchara de la aldea. Ambas se habían hecho muy buenas amigas y ella le había tomado mucho afecto. Además, estaba el hecho de que Kagome no confiaba al cien por ciento en Sesshomaru. Sabia que él al había protegido de pequeña y que ella era la única humana que se había acercado a Sesshomaru sin que él la alejara de sí, pero para Kagome no era suficiente eso.

-¿Puedes ir a buscarla? Dile que quiero hablar con ella-

-Sí- Kagome salió en busca de la muchacha y la encontró hablando muy cordialmente hablando con Kohaku. Ella presentía que entre esos dos podría haber algo, por lo que siempre evitaba interrumpir en sus conversaciones o encuentros. En cierta forma, podría decirse, que Kagome quería que hubiera algo entre ellos, así Rin no tendría que irse de la aldea.

-Rin- la morocha se dio vuelta al sentir su nombre- la anciana Kaede te espera, quiere hablar contigo.

-¿Conmigo? ¿Sobre qué? Mira que aún no me metí en ningún problema- se defendió.

-No te preocupes- le sonrió Kagome- no es nada malo, así que ve, que ella te espera.

-Está bien- se levantó del suelo- nos veremos después Kohaku-kun- saludó alegremente mientras se marchaba.

Entró a la cabaña y vio a la anciana sacerdotisa esperándola sentada mientras tomaba una taza de té verde.

-Siéntate, por favor Rin- ella obedeció-lo que tengo que decirte es importante y es para que reflexiones, no es necesario que me respondas ahora- la joven muchacha estaba ansiosa y algo desorientada por el tono de la anciana -verás, en dos días cumplirás los 18 años y podrás tomar tus propias decisiones, incluso, ya cumplirás la edad para casarte si así lo deseas- con esto Rin se sintió nerviosa, si las cosas iban por el camino del casamiento, no le gustaban nada- por eso, quiero darte la oportunidad de que decidas si quieres seguir viviendo en la aldea con nosotros o si prefieres irte con Sesshomaru.

-En… ¿serio?- preguntó nerviosa y titubeante, no se esperaba semejante proposición.

-Sí, como fue Sesshomaru el que decidió que vivieras aquí y tú no tuviste participación en esa decisión, me parece lo correcto que ahora la tengas.

-¿Sesshomaru-sama… lo sabe?-

-Él estuvo de acuerdo con ello, por lo que la decisión recae en ti- hizo una pausa y miró el rostro conmocionado de la muchacha, parecía estar en shock todavía- tienes hasta tu cumpleaños para pensarlo.

-Hai, arigato- respondió tranquila y se fue.

Se pasó el día entero pensando en aquella propuesta.

Rin debía tomar una decisión… a pesar de todo no la pasaba mal en la aldea (no era lo mismo que viajar pero, se las arreglaba para mantenerse ocupada) todos la trataban muy bien, pero Sesshomaru…siempre había tenido el deseo de volver con Sesshomaru-sama, pero ahora que tenia que elegir, las cosas no se le presentaban tan fáciles…

Entrada la noche, no podía conciliar el sueño, por lo que salió a tomar aire. Se echó en la hierba mientras miraba el hermoso cielo estrellado.

-Jamás había pensado en tener que tomar esta decisión- dijo Rin en un susurro.

-Eso quiere decir que aun no sabes que es lo que vas a hacer…- dijo la voz de Kohaku al tiempo que se sentaba al lado de la joven.

-No, aun no.

-Vamos, ni que fuera tan difícil, creo que es hasta obvio lo que debes hacer…- la miró con una mueca imitando una sonrisa.

-No es así- se sentó y abrazó sus piernas- tú no entiendes…

-Rin…- hubo un instante de silencio entre ambos, Kohaku se sentía ya un poco incomodo con ello y decidió hablar- ¿puedo preguntarte algo?- la muchacha lo miró y asintió- ¿Qué le ves a ese youkai? Es decir, es frío, despiadado, no habla y dice detestar a lo humanos. Él no merece estar contigo.

-¡Te equivocas!- refutó Rin enfadada- Sesshomaru-sama no es así. Es cierto que no es alguien de muchas palabras, sin embargo, tiene un buen corazón. Nunca me ha tratado mal y siempre ha velado por mi seguridad, incluso ahora que no estoy con él, se sigue preocupando por mi- se levantó- no puedes hablar así de alguien que no conoces, así sea un youkai- y estaba por marcharse, cuando Kohaku la sostuvo del brazo.

-Todos los youkais son iguales, tarde o temprano te terminan atacando por la espalda. No puedes confiar en ellos, te lo digo que yo, que extermino youkais todos los días- Rin se soltó de un golpe de Kohaku.

-¡Te equivocas! Sesshomaru-sama es diferente a los youkais que enfrentas a diario- lo miró con tristeza- pero con esa clase de pensamientos, jamás podrás saberlo, porque no te animaras a conocerlo más a fondo. A ti te importa más lo superficial que lo realmente importante- y se marchó- yo sé que Sesshomaru-sama es diferente- murmuró mientras caminaba hacia la casa de la anciana, intentando convencerse de que lo que Kohaku le había dicho no era cierto. Ella estaba segura que Sesshomaru, su Sesshomaru, no haría jamás una cosa así. Jamás la abandonaría a su suerte. No la traicionaría...

Llegó allí e intentó dormir un poco. Quizá el sueño la ayude a decidir lo que debía hacer al día siguiente.

Mientras tanto, Kohaku, aún seguía sentado mirando el cielo, recordando la sonrisa de su amada.

-Rin… quisiera que te quedaras con nosotros… pero tengo el presentimiento de que no lo harás…- murmuró en el silencio de la noche.


Por la mañana, Rin se levantó con energías renovadas y ya estaba casi segura de qué decisión tomar, aunque aún no se lo diría a nadie, sino hasta después de la fiesta.

Kagome había llevado varias cosas de la época actual para festejar el cumpleaños de Rin e incluso había hecho un pastel (ella estaba mas emocionada que la misma Rin). Además, la anciana Kaede le había confeccionado un hermoso kimono rosado con unos narcisos blancos cayendo en las mangas y en el largo del kimono; éste, llevaba un obi naranja con algunos ribetes en dorado. Rin quedó pasmada al verlo, aquella prenda le había encantado y estaba feliz de poder usar algo tan bonito.

-¡Felicidades! –escuchaba la joven muchacha a cada rato, aunque ella no podía disfrutar del todo esa felicidad. Se sentía algo… incompleta… le hacia falta algo más para que ella sea completamente feliz… para poder disfrutar totalmente de la vida… le hacia falta alguien…

-Rin…- se sonrojó Kohaku- estás hermosa…- dijo algo nervioso.

-Gracias, Kohaku-kun- dio una vuelta- ¿verdad que es muy bonito este kimono? Kaede-san se esforzó mucho al hacerlo- el tragó saliva y asintió con la cabeza.

-¿Puedo pedirte algo?-

-Eh… ¡sí, por supuesto! ¿Qué necesitas?

-¿Podemos vernos en el bosque después de la fiesta?

-¿En el bosque?

-Sí ¿quieres venir?

-Sólo porque eres tú, aceptaré.

-Entonces… nos veremos luego, Rin…

-¡Muy bien!

Kohaku se quedó un rato en aquella reunión y luego se marchó.


-Muy bien Rin- exclamó Inuyasha y Kagome- ahora pide un deseo antes de soplar la vela del pastel- Rin cerró los ojos y se quedó unos segundos así. Una sonrisa se dibujo en su rostro y luego, sopló la velita. Todos los invitados estaban eufóricos de alegría. Había ido mucha gente algunos amigos de Rin, y otras personas a las que ella le había tomado cariño en el tiempo que había estado allí.


Al final del día llegó Sesshomaru a la aldea. Quería saber cuál era la decisión de la muchacha, así que fue a buscarla. Prefirió llegar en la noche, (así no se encontraría con tantos humanos) y así, si por algún motivo ella decidía quedarse, no necesitaría estar esperándolo durante el día entero.



Mientras tanto, en el bosque, Kohaku y Rin estaban juntos. Kohaku la había llevado a un lugar en el bosque donde se podía contemplar la luna en todo su esplendor. Además, estaban un poco alejados de la aldea, por lo que nadie los molestaría.

Sesshomaru siguió el rastro de Rin hasta llegar al bosque. Por alguna razón, sentía algo de ansias por encontrarla pronto.

-Rin- Kohaku se arrodilló y tomó la mano de la joven- aun no te he dado mi regalo- dijo sonriente.

-Lo sé y no hace falta que lo hagas, me basta con que estés conmigo- respondió alegre y amable como solía hacerlo siempre. Sesshomaru que estaba cerca, sintió la voz de la muchacha y se quedó escondido entre los árboles al verla en compañía de alguien más.

-Para mí no es suficiente- besó la mano de Rin, por lo que ella se ruborizó un poco y casi sintió el impulso de alejarse un poco de él, pero no lo hizo - ¿quieres casarte conmigo?- ella quedó en shock (al igual que Sesshomaru). No sabia que decirle a su fiel amigo…-yo te amo Rin, desde hace mucho tiempo que te amo en silencio, y ya no puedo vivir más con esto dentro mío- seguía mirando los ojos chocolate de la muchacha- ¿Qué me dices?- Rin se mantenía en silencio. Sentía que no podía articular palabra.

-Yo…-pronunció al fin -yo…- cerró sus ojos- no puedo hacerlo- no quería herir a Kohaku pero tampoco podía engañarlo diciéndole que lo amaba- lo siento… Kohaku-kun- dijo con cierta tristeza en la voz. Por alguna razón, Sesshomaru se sintió mas tranquilo al escuchar pronunciar estas palabreas a Rin. Una leve y agradable sensación lo invadió por ese momento y estaba a punto de irse cuando oyó que la muchacha volvía a hablar – yo… no te amo… al menos- se puso en cuclillas- no de la forma que tú esperas. Eres un excelente amigo y sierre me has apoyado en todo… pero… mentiría si quiero llegar más lejos contigo…además… mi corazón… le pertenece a alguien más- Kohaku se levantó. Rin se sorprendió al ver su reacción. Pensó que estaba enojado con ella, pero él volteó y le brindó una sonrisa.

-No te preocupes Rin. Está bien… siempre, podemos seguir siendo amigos- ella estaba por levantarse y darle un abrazo, pero él se fue, dejándola sola.

-Sabes Rin- pensó Kohaku mientras se marcaba por la espesura del bosque- en el fondo de mi corazón… sabia que me ibas a rechazar… pero aún guardaba una esperanza de que me dijeras que sí…- y se perdía entre la oscuridad y la espesura del bosque.

Mientras tanto, Sesshomaru aún seguía observando a Rin. Había sentido una leve opresión en el pecho cuando oyó a Rin decir que amaba a alguien más

-¿Quién será ese hombre?- se preguntaba el youkai- ¿lo conoceré? Quizá no. Ella ha vivido tantos años en la aldea… que es normal que se haya enamorado de algún aldeano… ¡esperen! ¿Por qué estoy pensado en estas cosas? No debería preocuparme cosas tan triviales como esta.- se decía mientras estaba por emprender el viaje. Prefería ver a Rin por la mañana.

-¿Sesshomaru-sama? Es… usted- habló la joven mientras se acercaba al youkai que había volteado al oír su nombre- ¡Sesshomaru-sama!- se arrojó al pecho del youkai que quedó estupefacto al ver la reacción de su querida Rin. Ella estaba llorando y él no sabía qué hacer, se sentía realmente extraño en aquella situación. Era algo completamente nuevo para él. Él puso su mano en la cabeza de Rin. Se quedó unos minutos así, cuando ella se separó de él- lo… siento- sollozó -no debería llorar frente a usted o ponerlo en esta situación, pero yo…

-Está bien- la interrumpió él dejando a una estupefacta Rin. ¿Sesshomaru le había dicho que estaba bien que ella lo haya abrazado?- te sentías mal ¿no es así?- preguntó con su habitual tono de voz frío. Ella asintió con la cabeza.

-Es que… a pesar de que Kohaku-kun me ha dicho que todo está bien entre nosotros… yo vi en su sonrisa que él se fue mal… y yo tuve la culpa-

-¿Qué fue o que pasó?- preguntó haciéndose el desentendido del asunto. Rin se sonrojó y titubeo un poco al hablar. No esperaba que Sesshomaru se interese por lo que le había pasado. Le resultaba extraña la actitud de él.

-Pues… él…. Me propuso matrimonio…- dijo algo nerviosa-

-¿Lo quieres?

-¿Eh?

-¿Si lo quieres?

-Si, pero no de lo forma que él espera. Solamente… somos buenos amigos… y él… se enfadó por ello- respondió mirando la luna.

-Entonces ¿Cuál es tu problema?

-Que yo no quiero irme de la aldea estando peleada con él- Sesshomaru se sorprendió y ella tapó rápidamente su boca.

-¿Esa es tu decisión?- ella asintió con la cabeza.

-Aunque no quería decírsela todavía- dijo como arrepentida -Porque todavía no les dije nada en la aldea, ni si quiera a la anciana Kaede y pensé que si lo decía ahora, nos tendríamos que marchar ahora, ya que a usted no le gusta estar entre tantos humanos- él arqueó una ceja.

-Puedo esperarte hasta mañana- dijo volteándose.

-¡¿Habla en serio?!- preguntó emocionada.

-Sí- respondió secamente.

-Gracias- lo abrazó por la espalda. Sesshomaru se sintió algo nervioso en ese momento e intentó separase de ella. Rin notó que no había sido su mejor idea- lo siento mucho…- paso su mano por la nuca- es que me emocioné- agregó intentando mostrarse alegre para ocultar su sonrojo. Él no le dijo nada, sino que se quedó viendo a la muchacha, hasta ese momento, no se había percatado de la hermosa que se encontraba. Cuando se dio cuenta de las ideas que surcaban su mente, cambió el tema para alejar aquellos pensamientos.

-Ve a descansar, ahora. Mañana será un largo día para ti- ella lo miró- tienes que arreglar las cosas con ese muchacho ¿no es así?

-Sí tiene razón-

-Entonces, ve-

-¡Si!- exclamó feliz- hasta mañana Sesshomaru-sama- y se fue a la aldea. Sesshomaru la observaba perderse entre la oscuridad de la noche.

-Hasta mañana, Rin- susurró mientras daba media vuelta y se alejaba de allí hasta el día siguiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario